Neptuno es el planeta más exterior de los gigantes gaseosos y el primero que fue descubierto gracias a predicciones matemáticas.
El octavo planeta del Sistema Solar debe su nombre al dios romano Neptuno, señor de todas las aguas. Su equivalente en la mitología griega es Poseidón.
Es el cuarto y el más lejano de los planetas gigantes gaseosos. Los dos últimos, Urano y Neptuno, se conocen como gigantes helados, a causa de sus bajas temperaturas. Es también el cuarto planeta más grande en tamaño y el tercero en masa, equivalente a unas 17 veces la de nuestro planeta.
El interior de Neptuno es roca fundida con agua, metano y amoníaco líquidos. En el exterior abunda el metano, que le da su característico color azul. Neptuno es un poco más pequeño que Urano, pero más denso.
Su campo magnético está inclinado 47 grados respecto al eje de rotación del planeta y desplazado unos 13.500 km del centro físico. Esta orientación puede deberse a los flujos en el interior y no a la inclinación del propio planeta.[1]
Atmósfera[]
Al orbitar tan lejos del Sol, Neptuno recibe muy poco calor. Su temperatura en la superficie es de –218 °C (55 K). Sin embargo, el planeta parece tener una fuente interna de calor. Se piensa que puede ser un remanente del calor producido por la concreción de materia durante la creación del mismo, que ahora irradia calor lentamente hacia el espacio. Esta fuente de calor interno produce potentísimos sistemas climáticos en torno al planeta, como la Gran Mancha Oscura que la sonda Voyager 2 descubrió a su paso por el sistema de Neptuno en 1989.
Otra de las teorías apunta a que en las profundidades de Neptuno se dan las condiciones idóneas para que los átomos de carbono se combinen en cristales, liberando calor en el proceso. Esta hipótesis plantea pues la posibilidad de que en Neptuno lluevan literalmente los diamantes.
El color de Neptuno difiere del de Urano debido a la cantidad de helio contenido en su atmósfera, que es ligeramente mayor. Debido a esto, Neptuno absorbe más luz roja del Sol que su planeta vecino, por tanto refleja un azul mucho más intenso.
La atmósfera de Neptuno tiene una estructura de bandas similar a la encontrada en los otros gigantes gaseosos. En este planeta se producen fenómenos como huracanes gigantes, con un diámetro igual al de la Tierra, y otras formaciones de nubes, incluyendo algunos extensos, y muy bellos cirros, encima (50 km) de las nubes principales. De este modo Neptuno tiene un sistema de nubes muy activo, posiblemente más activo que el de Júpiter. La velocidad del viento en la atmósfera de Neptuno, es de hasta 2000 km/h, siendo la mayor del sistema solar y se cree que se alimentan del flujo de calor interno.
A grandes altitudes, la atmósfera de Neptuno es el 80 % de hidrógeno y 19 % de helio. Una pequeña cantidad de metano también está presente. Hay prominentes bandas de absorción de metano en longitudes de onda superiores a 600 nm, en la porción roja e infrarroja del espectro. Al igual que con Urano, esta absorción de la luz roja por el metano atmosférico es parte de lo que le da su color azul a Neptuno, aunque el azul vívido de Neptuno es diferente del color azul cian de Urano. Dado que el contenido de metano atmosférico de Neptuno es similar a la de Urano, se cree que algunos constituyentes atmosféricos desconocidos contribuyen al color de Neptuno.
Imagen de Neptuno en infrarrojo cercano, mostrando bandas de metano en su atmósfera, y cuatro de sus lunas, Proteo, Larisa, Galatea y Despina.
La atmósfera de Neptuno se subdivide en dos regiones principales: la región inferior (troposfera), donde la temperatura disminuye con la altitud, y la región superior (estratosfera), donde la temperatura aumenta con la altitud. El límite entre las dos, la tropopausa neptuniana, se encuentra a una presión de 10 kilopascales (0,1 bares). La estratosfera luego da paso a la termosfera a una presión inferior, entre 1 y 10 Pa (10−5 a 10−4 microbares). Más arriba, la termosfera transiciona gradualmente a la exosfera.
Los modelos sugieren que la troposfera de Neptuno está dividida por nubes en bandas de diferentes composiciones en función de la altitud. Las nubes de nivel superior se encuentran a presiones por debajo de un bar, donde la temperatura es adecuada para el metano se condense. Para presiones de entre uno y cinco bares (100 y 500 kPa), se cree que se formen nubes de amoníaco y sulfuro de hidrógeno. Por encima de una presión de cinco bares, las nubes pueden consistir en amoníaco, sulfuro de amonio, sulfuro de hidrógeno y agua. Nubes más profundas de hielo de agua se creen encontrar a presiones de alrededor de 50 bares (5 MPa), donde la temperatura llega a 273 K (0 °C). Debajo, se cree que se encuentran nubes de amoniaco y sulfuro de hidrógeno.
Se han observado nubes de gran altitud en Neptuno que proyectan sus sombras en la capa opaca de nubes abajo. También hay bandas de nubes de gran altitud que envuelven alrededor del planeta en latitudes constantes. Estas bandas circunferenciales tienen anchuras de 50 a 150 km y están aproximadamente entre los 50 y 110 km por encima de la capa de nubes.29 Estas altitudes corresponden a la capa donde se producen los fenómenos meteorológicos y climáticos, en la troposfera. Estos fenómenos no se producen en mayores altitudes, que corresponden a la estratosfera y a la termosfera. Neptuno posee un manto helado de mayor tamaño que Urano.
Los espectros electromagnéticos de Neptuno sugieren que la baja estratosfera es brumosa debido a la condensación de productos de la fotólisis ultravioleta del metano, tales como el etano (C2H6) y el acetileno (C2H2). La estratosfera tiene también pequeñas cantidades de monóxido de carbono (CO) y cianuro de hidrógeno (HCN). La estratosfera de Neptuno es más caliente que la de Urano, debido a la elevada concentración de hidrocarburos. La abundancia de metano, etano y acetileno en el ecuador de Neptuno es entre 10 y 100 veces mayor que en los polos.
Por razones que permanecen oscuras, la termosfera del planeta tiene una temperatura anormalmente alta de alrededor de 750 K. El planeta está demasiado lejos del Sol para que este calor se genere por la radiación ultravioleta. Uno de los candidatos para un mecanismo de calentamiento es la interacción atmosférica con iones en el campo magnético del planeta. Otras explicaciones posibles para esta ocurrencia son ondas de gravedad desde el interior que se disipan en la atmósfera. La termosfera contiene vestigios de dióxido de carbono (CO2) y agua, que pueden haber sido depositados a partir de fuentes externas, como los meteoritos o polvo cósmico. [2]